Le había castigado sin hablar y sin moverse de la silla. Y Pablo no quiso desobedecer de nuevo. Por eso, cuando vio que aquel crucifijo estaba a punto de caer sobre la cabeza de su viejo profesor, no pudo hacer nada para evitar la tragedia.
Le había castigado sin hablar y sin moverse de la silla. Y Pablo no quiso desobedecer de nuevo. Por eso, cuando vio que aquel crucifijo estaba a punto de caer sobre la cabeza de su viejo profesor, no pudo hacer nada para evitar la tragedia.