Metamorfosis modernas

Esa mañana, tras despertar de un aterrador sueño, Gregor tuvo una extraña intuición que le hizo creer que, al igual que había sucedido con uno de sus antepasados, él también había mutado en un asqueroso insecto. Aterrado por la idea, abandonó la cama de un brinco y, sudoroso y agitado, se plantó ante el espejo, que le devolvió su imagen de siempre. Con la respiración aún entrecortada, pero aliviado por no haber corrido tan fatal suerte, Gregor se vistió para el que sería su primer día como empleado de aquel banco, dejando sobre la cama su raído pijama y sus viejos principios.